Ya tenemos otro hawaiano en Monterrey. Donde menos te lo imaginas: en esa complicada y transitada callecita a un costado del Puente Miravalle, que conecta la Av. San Pedro con el Blvd Antonio L. Rodríguez, afortunadamente con un amplio terreno contiguo (que también ofrece valet parking) para meterte rapidito sin que se te estampen por atrás.