OPINIÓN

Los seducidos

Denise Dresser EN EL NORTE

4 MIN 30 SEG

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En 2012 el regreso del PRI parecía impensable. Resultaba difícil creer que la población promovería la restauración del sistema de partido dominante que tanto daño le había hecho al país. Un mexicano votando por el PRI era como un alemán votando para reconstruir el muro de Berlín. Así de improbable: así de regresivo. Pero millones salieron a apoyar a Peña Nieto y después de haber sacado al priismo de Los Pinos, el votante mexicano lo regresó ahí, como si no hubiéramos aprendido las lecciones del pasado, o catado los costos que impone el PRI como forma de vida y repartición el botín. Así fue y así nos fue. Un sexenio del "nuevo PRI" tan parecido al viejo PRI en sus usos y costumbres. Una oferta de transformación que se volvió tapadera para la corrupción. Y en 2018 el voto por Andrés Manuel López Obrador parecía el antídoto adecuado; una forma de rescatar la democracia perdida.