OPINIÓN

En México se exhibe la mayor debilidad que es la fiscal, solo reducida a misceláneas que han imposibilitado hacer frente a la atroz desigualdad

¿México balcanizado?

COLABORADOR INVITADO / Juan-Pablo Calderón Patiño EN EL NORTE

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Balcanizar es mucho más que una palabra que tiene su origen en Los Balcanes, epicentro de la Primera Guerra Mundial y a finales del siglo pasado, del regreso de los horrores bélicos en Europa, en lo que fue la ex Yugoslavia cuyo origen etimológico es "los eslavos del sur". El Mariscal Tito, el fundador de la segunda Yugoslavia y líder de los partisanos contra el fascismo, se ufanaba de que el Estado que creó tenía seis repúblicas, cinco nacionalidades, cuatro idiomas, tres religiones, dos alfabetos y un partido político. En el estudio del poder se acuñó la "balcanización" como sinónimo de atomización e implosión de una estructura territorial y los componentes del Estado. La lección yugoslava aporta un mensaje: no basta amalgamar diversas unidades territoriales en la figura del líder único y más cuando los equilibrios étnicos, productivos, religiosos e históricos son frágiles. Una vez muerto Tito y ante la falta de un mecanismo legal y político para regular las disputas entre repúblicas, la atomización se volvió disolución y desintegración a sangre y fuego. A ello contribuyeron los intereses del exterior en desmembrar un Estado que había sido modelo.