Los hombres somos seres de razón, sin exagerar. Por eso creemos en las supersticiones. El número 13, por ejemplo, es ominoso. Trece fueron los comensales en la Última Cena del Señor, y desde entonces el numerito corre con mala fama por el mundo. En el cuarto del motel la muchachilla le informó a su galán: "Tengo 13 años". "¡Uta! -se asustó el tipo pensando en las consecuencias del delito de estupro que cometería al hacerle el amor a una menor de edad-. ¡Vámonos!". Le preguntó ella, desconcertada: "¿Eres supersticioso?".
Armando Fuentes Aguirre, "Catón". Nació y vive en Saltillo, Coahuila. Licenciado en Derecho; licenciado en Letras Españolas. Maestro universitario; humorista y humanista. Sus artículos periodísticos se leen en más de un centenar de publicaciones en el País y en el extranjero. Dicta conferencias sobre temas de política, historia y filosofía. Desde 1978 es cronista de la Ciudad de Saltillo. Su mayor orgullo es ser padre de cuatro hijos y abuelo de 13 nietos.