Este pino de Navidad tiene esferas, y todas las esferas son rojas. La que puso este pino ha de ser una doctora de la Iglesia, como Santa Teresa. Porque he aquí que las esferas representan a la manzana que comieron Adán y Eva, nuestros primeros padres. No dice el Génesis que el fruto prohibido haya sido una manzana, pero los ceñudos exégetas, aun sin conocer las de Arteaga, bella región cercana a mi ciudad, Saltillo, supieron que ninguna fruta es tan tentadora como la manzana, por el rojo encendido de su piel, la marfilina albura de su carne y sus redondas morbideces de mujer. Concluyeron entonces que el fruto prohibido fue una manzana. Y concluyeron bien.
Armando Fuentes Aguirre, "Catón". Nació y vive en Saltillo, Coahuila. Licenciado en Derecho; licenciado en Letras Españolas. Maestro universitario; humorista y humanista. Sus artículos periodísticos se leen en más de un centenar de publicaciones en el País y en el extranjero. Dicta conferencias sobre temas de política, historia y filosofía. Desde 1978 es cronista de la Ciudad de Saltillo. Su mayor orgullo es ser padre de cuatro hijos y abuelo de 13 nietos.