OPINIÓN

MÉXICO MÁGICO / Catón EN EL NORTE

0 MIN 30 SEG

Icono para compartir en redesIcono para compartir en redesIcono para compartir en redesIcono para compartir en redesIcono para compartir en redes
En Monclova oí hablar del maistro Lalo, peluquero.

Era hombre de ingenio peregrino; tenía desaforadas ocurrencias. 

Cierto día hizo publicar en el periódico local un aviso de ocasión:

"Compro hormigas rojas. Pago 5 centavos por cada una".

Cuando a la mañana siguiente Lalo llegó a su peluquería vio en la calle una larga fila de chiquillos, cada uno con un frasco lleno de hormigas. En aquel tiempo en que se podía comprar un dulce por 5 centavos, lo que ofrecía don Lalo era una fortuna.

Hizo pasar el peluquero al primer chamaco, y empezó a sacar una por una las hormigas que traía en su frasco. Las levantaba en alto, con ojo experto las examinaba y decía luego:

-Hormigo Hormigo Hormigo 

Todas las hormigas que llevaban los niños resultaron ser hormigos; ni una sola salió hormiga. Lalo les explicó a los cariacontecidos muchachillos que en los hormigueros las hembras son muy pocas, y rara vez salen de sus aposentos subterráneos. Por eso, por escasas y difíciles de capturar, había ofrecido pagarlas a buen precio, pues quería iniciar con ellas una cría.

Los hechos y los dichos de personajes como el maistro Lalo deben conservarse. Son ellos quienes dan genio y figura a una comunidad.