OPINIÓN

MÉXICO MÁGICO / Catón EN EL NORTE

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¿De dónde nos vendrá a los mexicanos esta tendencia a ociar? Yo digo que nos viene de nuestros antepasados españoles. Las crónicas de los antiguos tiempos -escritas todas por gente venida de la España- afirman que los inditos eran bastante jaladores. Nunca estaban mano sobre mano. Si no se ocupaban en sacrificar prisioneros se ponían a tejer hermosas telas, o a hacer lindos collares con cuentas de jade, o a dibujar códices que ahora están en el extranjero. En cambio, los hombres venidos de la Madre Patria no gustaban de otros trabajos que los de la guerra, por lo demás tan eventuales. El resto del tiempo se lo pasaban rascándose el ombligo o partes más sureñas, y viendo cómo sus esclavos indios les trabajaban las minas o las tierras. "Iglesia, mar o casa real". Tales eran los únicos oficios a que aquellos señores aspiraban. Todos tres eran quehaceres descansados, el del cura, el del marino y el del burócrata al servicio del monarca.