Don Felipe Sánchez de la Fuente era un hombre bueno, bonísimo. A veces me he preguntado cómo pudo conciliar su profesión de abogado postulante -lo fue, muy eminente- con aquella bondad suya casi franciscana. No quiero decir que para ser licenciado se deban poner en ejercicio maldades o sevicias, no. Pero pienso que en los procesos litigiosos se requieren a veces una energía adusta y un general fruncimiento de cuerpo y alma que no tenía aquel querido maestro mío, tan bueno que más de una vez fue víctima de la maldad.
Armando Fuentes Aguirre, "Catón". Nació y vive en Saltillo, Coahuila. Licenciado en Derecho; licenciado en Letras Españolas. Maestro universitario; humorista y humanista. Sus artículos periodísticos se leen en más de un centenar de publicaciones en el País y en el extranjero. Dicta conferencias sobre temas de política, historia y filosofía. Desde 1978 es cronista de la Ciudad de Saltillo. Su mayor orgullo es ser padre de cuatro hijos y abuelo de 13 nietos.