Cuando finaba ya el siglo XIX era tesorero municipal en San Miguel de Allende, Guanajuato, don Miguel Correa Pérez. Hombre de mucho ahorro era el señor, cuidadoso de los públicos dineros. En las noches de luna llena salía al balcón de su casa, en calle céntrica, y hacía sonar un silbato. Esa era señal para los guardias nocturnos: don Miguel juzgaba que el astro de plata daba suficiente luz, de modo que no era necesario gastar el gas de los faroles públicos. Obedientes al silbato los guardias apagaban los faroles, y eso redundaba en bien de la economía local.
Armando Fuentes Aguirre, "Catón". Nació y vive en Saltillo, Coahuila. Licenciado en Derecho; licenciado en Letras Españolas. Maestro universitario; humorista y humanista. Sus artículos periodísticos se leen en más de un centenar de publicaciones en el País y en el extranjero. Dicta conferencias sobre temas de política, historia y filosofía. Desde 1978 es cronista de la Ciudad de Saltillo. Su mayor orgullo es ser padre de cuatro hijos y abuelo de 13 nietos.