El 12 de octubre de 1927 se celebró en Monterrey una corrida a beneficio de los empleados de la empresa de espectáculos Rodríguez Hermanos. Uno de los alternantes era el señor Briones, entonces joven aún. Cuando salió su toro no sintió miedo: sintió pavor. Era un burel con muchas arrobas y astas como unas catedrales. El pánico inmovilizó al aprendiz de lidiador. La plaza entera comenzó a reclamarle su medrosidad. Briones se daba a todos los demonios por haberse metido en tal berenjenal.
Armando Fuentes Aguirre, "Catón". Nació y vive en Saltillo, Coahuila. Licenciado en Derecho; licenciado en Letras Españolas. Maestro universitario; humorista y humanista. Sus artículos periodísticos se leen en más de un centenar de publicaciones en el País y en el extranjero. Dicta conferencias sobre temas de política, historia y filosofía. Desde 1978 es cronista de la Ciudad de Saltillo. Su mayor orgullo es ser padre de cuatro hijos y abuelo de 13 nietos.