No muy dados a fiar eran los viejos comerciantes de Durango. Sin excepción, en sus tendajos se veía el letrero aquel tan de rigor: "Hoy no se fía, mañana sí". Ponían también cierto cartel dividido en dos partes. En uno se veía a un comerciante gordo, luciente, rozagante, y muy contento contaba en su mesa grandes montones de monedas, puestas al lado de talegas repletas de oro y plata. Del otro lado se veía a un individuo flaco, macilento, estragado por privaciones y hambres, que muy triste iba por la calle camino del asilo de pobres, cuando no del hospital o del cementerio. "Este comerciante fio" -decía el cartel. Y luego, al pie del rico: "Este no". Algunos más exponían en versos rimados su negativa a dar: "Cuando fío considero que pierdo amigo y dinero".
Armando Fuentes Aguirre, "Catón". Nació y vive en Saltillo, Coahuila. Licenciado en Derecho; licenciado en Letras Españolas. Maestro universitario; humorista y humanista. Sus artículos periodísticos se leen en más de un centenar de publicaciones en el País y en el extranjero. Dicta conferencias sobre temas de política, historia y filosofía. Desde 1978 es cronista de la Ciudad de Saltillo. Su mayor orgullo es ser padre de cuatro hijos y abuelo de 13 nietos.