OPINIÓN

MÉXICO MÁGICO / Catón EN EL NORTE

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¡Qué tremenda rivalidad había entre aquellos dos pueblos tan pequeños! Amaneo el Alto y Amaneo el Bajo tenían de continuo pleitos graves por causa de sus santos patrones. Los alteños glorificaban a San Procorito, y decían pestes de Santa Dulia, la patrona de los abajeños. Éstos ponían a la santa virgen al mismo nivel de la Virgen, y llenaban de maldiciones a San Prócoro. Eso era fuente constante de pendencias. Si la sangre no llegaba al río era sólo porque no había ningún río por ahí. Pero menudeaban las pedreas, los encuentros a palos, las trompadas. Las guerras menos santas, ya se sabe, son las guerras santas.