Yo amo a la Ciudad de México. La amo como a una giganta, con miedo de que al hacerle el amor me rompa las costillas, o partes más apreciadas aún. Viví en la Capital cinco años de mi juventud, cuando ella todavía era ciudad y cuando yo todavía era yo. Entonces no se conocía la palabra "smog", y la espléndida visión de los volcanes era regalo cotidiano. El Popo y el Ixta se esforzaban en parecerse a los almanaques de Jesús Helguera. El Valle de México era un inmenso cromo con las diafanidades de Velasco y el dramatismo de Atl.
Armando Fuentes Aguirre, "Catón". Nació y vive en Saltillo, Coahuila. Licenciado en Derecho; licenciado en Letras Españolas. Maestro universitario; humorista y humanista. Sus artículos periodísticos se leen en más de un centenar de publicaciones en el País y en el extranjero. Dicta conferencias sobre temas de política, historia y filosofía. Desde 1978 es cronista de la Ciudad de Saltillo. Su mayor orgullo es ser padre de cuatro hijos y abuelo de 13 nietos.
LEE SU TEXTO AQUÍ DIARIAMENTE