El beato fray Sebastián de Aparicio, antes de ser fraile y ser beato, se divertía mancornando toros bravos, es decir, los derribaba tomándolos con las manos por los cuernos. Por eso se le considera uno de los fundadores de la charrería mexicana, y aunque no es santo, sino solamente beato, se le venera como patrono de los charros, y su protector. Sin ser charro yo visito a fray Sebastián de Aparicio siempre que voy a Puebla. Está de cuerpo presente, incorrupto, en una capilla del bello templo de San Francisco. Centenares de devotos lo visitan cada día, y en un cuaderno anotan sus peticiones. Yo una vez escribí una, y se me concedió. Ahora tengo en la casa del Potrero un bello cuadro de Sebastián en el que aparece guiando una carreta, pues también es considerado fundador de la arriería en México, y el primer constructor de carros -y de caminos para ellos- en nuestro país. Desde los tiempos de fray Sebastián de Aparicio ya se usaban en México algunos de los refranes y dichos que en seguida pongo:
Armando Fuentes Aguirre, "Catón". Nació y vive en Saltillo, Coahuila. Licenciado en Derecho; licenciado en Letras Españolas. Maestro universitario; humorista y humanista. Sus artículos periodísticos se leen en más de un centenar de publicaciones en el País y en el extranjero. Dicta conferencias sobre temas de política, historia y filosofía. Desde 1978 es cronista de la Ciudad de Saltillo. Su mayor orgullo es ser padre de cuatro hijos y abuelo de 13 nietos.
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