Yo amo las campanas. Me habría gustado ser campanero en un pueblo pequeño. Movido por ese amor a las campanas vencí una vez la invencible acrofobia que padezco -temor a las alturas-, subí al campanario de Nuestra Señora de París y toqué (solamente con la mano) la gran campana "María", cuya voz se oye, dicen los parisinos, a 40 kilómetros de distancia.
Armando Fuentes Aguirre, "Catón". Nació y vive en Saltillo, Coahuila. Licenciado en Derecho; licenciado en Letras Españolas. Maestro universitario; humorista y humanista. Sus artículos periodísticos se leen en más de un centenar de publicaciones en el País y en el extranjero. Dicta conferencias sobre temas de política, historia y filosofía. Desde 1978 es cronista de la Ciudad de Saltillo. Su mayor orgullo es ser padre de cuatro hijos y abuelo de 13 nietos.
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