La gente de Oaxaca es de pocas palabras. Oí contar de un oaxaqueño cuya esposa amaneció occisa. Una occisa no es una muerta cualquiera. En los periódicos se lee a veces: "La hoy occisa...". Y eso se dice en relación con una señora que murió de su muerte, es decir de vieja, o de empacho o calenturas. En ese caso la difuntita es una muerta, pero no una occisa. El occiso -o la occisa- es alguien que sufrió muerte violenta, de puñal, por lo menos, o pistola. El vocablo "occiso" tiene un sinónimo: "interfecto". Con frecuencia también esa palabra se emplea mal: decimos "el interfecto" por decir "el aludido", la persona de la cual se habla. Ni siquiera en sentido coloquial admite el diccionario ese uso. El interfecto es igualmente una persona que ha sido privada de la vida con violencia.
Armando Fuentes Aguirre, "Catón". Nació y vive en Saltillo, Coahuila. Licenciado en Derecho; licenciado en Letras Españolas. Maestro universitario; humorista y humanista. Sus artículos periodísticos se leen en más de un centenar de publicaciones en el País y en el extranjero. Dicta conferencias sobre temas de política, historia y filosofía. Desde 1978 es cronista de la Ciudad de Saltillo. Su mayor orgullo es ser padre de cuatro hijos y abuelo de 13 nietos.
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