Este pequeño pueblo de Veracruz es muy pequeño. Casi no es pueblo, casi; a duras penas llega a caserío. Tiene una sola calle por la cual pasan los vehículos que van al Puerto o a Xalapa. A lo largo de esa calle principal -y única- se acomodan las casas de los vecinos y los comercios donde la gente compra: una o dos tiendas de abarrotes, la farmacia, y los establecimientos de siempre cuyos nombres terminan todos en -ía: la tortillería, la panadería, la carnicería, la zapatería, y otro cuyo letrero anuncia mercería y bonetería.