OPINIÓN

MIRADOR / Armando Fuentes Aguirre EN EL NORTE

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Don Pedro de Genil y Llera, Alcalde de Montesanto, se enamoró perdidamente de una mujer mora. Por ella dejó a su esposa y a sus hijos; por ella perdió el cargo que de manos del Conde de Luna había recibido; por ella -sacrilegio- renunció a la fe cristiana y tomó la del Profeta.