OPINIÓN

MISCELÁNEA DE HISTORIAS / Catón EN EL NORTE

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MIRADOR

 

Un hombre incrédulo le pidió a San Virila que hiciera algún milagro para poder creer.

Virila tenía cerca un río y una montaña. Bien pudo detener el curso de las aguas, o cambiar aquel monte de lugar, pero pensó que la fe nacida de un malabarismo no es verdadera fe. Así, no hizo el milagro. Siguió su camino, y el hombre siguió con su incredulidad.

Por la noche, en sus sus oraciones, el frailecito le dijo al Padre:

-Señor: resistí la vanidosa tentación de hacer algún milagro para cambiar el orden de las cosas.

Le respondió, contento, el Padre:

-Pues, Virila, ¡qué gran milagro hiciste!

¡Hasta mañana!...

 

PRESENTE LO TENGO YO

 

De la cintura para abajo.

 

En 1956 la escritora norteamericana Grace Metalious publicó su novela "Peyton Place", descripción de un pequeño pueblo de Nueva Inglaterra parecido al que Sinclair Lewis retrató en "Main Street". La novela tuvo un resonante éxito. Obra de escándalo, se exhibían en ella los pecados de una sociedad puritana que actuaba con decencia cuando la estaban viendo y con indecencia cuando nadie la veía. Algún cínico diría que la novela no versaba sobre Peyton Place sino sobre la naturaleza humana.

La obra, ahora olvidada, vendió 20 millones de ejemplares. En 1960 fue declarada "la novela más leída de todos los tiempos". Superó a "Lo que el viento se llevó", hasta entonces la obra más buscada por los lectores de Estados Unidos. Se hizo una película -bastante buena, por cierto- en la que actuó la estrella de moda: Lana Turner. El filme tuvo siete nominaciones para el Oscar, y aunque no logró ninguno sus productores se consolaron con los formidables ingresos de taquilla

¿Por qué la novela tuvo tan grande éxito? Era obra de una escritora primeriza que ciertamente estaba muy lejos de ser una segunda Emily Brontë. Pero en sus páginas se revelaba lo que en 1948 había descubierto Alfred Kinsey, un zoólogo de la Universidad de Indiana, mi universidad: en cuestión de sexo, caras vemos, de la cintura para abajo no sabemos. Grace Metalious sacó a la luz las secretas andanzas de los señores y señoras de Gilmanton, un pequeño lugar de la Nueva Inglaterra. Podía reconocerse en el libro quién era quién. Lo que ahí pasaba sucedía en todas partes. Todas las ciudades eran Peyton Place. Por eso cuando le dije a Salvador Flores Guerrro de qué trataba el libro, Chava resumió su comentario en una sola palabra:

-Saltillo.

No pudo Grace Metalious asegundar su éxito. Publicó tiempo después otra novela que también fue llevada a la pantalla: "Regreso a Peyton Place". Ahí se cumplió eso de que nunca segundas partes fueron buenas, y tanto el libro como la película fueron mayúsculos fracasos. La escritora se entregó a la bebida. Rechazada antes, odiada ahora con ferocidad por los vecinos de Gilmanton, terminó por divorciarse de su esposo. Con las regalías de "Peyton Place" se había comprado la mejor casa del pueblo: en ella acabó viviendo completamente sola. Murió en 1962, víctima del alcohol, a los 39 años de edad. Dejó deudas por 200 mil dólares que nadie quiso pagar. Cuando sus amigas intentaron darle sepultura en el panteón de Gilmanton, los vecinos se opusieron en forma terminante, y obstruyeron con sus automóviles el paso al cementerio. Nunca le perdonaron a Grace haberlos desgraciado. Tuvieron sus amigas que enterrarla en otra parte.

Ahora el nombre de Grace Metalious vuelve a mencionarse. En el último número del suplemento cultural de "The New York Times" se le menciona como precursora del movimiento feminista de los años sesentas, pues su novela denunció el doble estándar de la moral de los varones. Hoy, la verdad sea dicha, nadie tiene el monopolio de ese doble estándar. Todos -quienes más, quienes menos- escondemos algún esqueleto en el clóset. El pecado no sabe de géneros, y es además bastante democrático.

 

 

EL ÚLTIMO DE CATÓN

 

Babalucas le propone con ansiedad a Pirulina: "-¿Lo hacemos, Pirulina? ¿Lo hacemos?". Responde la muchacha: "-Otra pregunta idiota como ésa y me levanto de la cama, me pongo mi ropa y me voy de tu departamento".

 

 

MANGANITAS

Por AFA

 

"... Aumenta el índice de accidentes de automóvil...".

 

Ya se ha observado otras veces

que esos accidentes pasen

(por cierto, que muchos nacen

después de los nueve meses).