OPINIÓN

MISCELÁNEA DE HISTORIAS / Catón EN EL NORTE

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MIRADOR

 

El padre Soárez charlaba con el Cristo de su iglesia. Le dijo:

-Cometí una falta grave. Fui a llevar la comunión a un agonizante, y lo encontré lleno de angustia. Me dijo que temía ir al infierno. Desde niño lo amenazaron con esa pena eterna; le describieron los tormentos indecibles que sufrían los réprobos. Ahora que llegaba al final de su vida sentía terror de la muerte, pues podía llevarlo a aquel espantoso sitio de condenación.

-Y tú, Soárez ¿qué hiciste? -le preguntó el Señor.

-Caí en culpa de herejía, -respondió, desolado, el padre Soárez-. Me incliné sobre él y le dije al oído: "Vete tranquilo, hijo. No hay infierno".

Sonrió el Cristo y le dijo:

-Ninguna falta cometiste, Soárez. Negar mi amor infinito, ésa sí es herejía verdadera. Aun mi justicia está llena de amor. No sé a quién se le ocurrió eso del infierno. Debe haber sido un gran hereje.

¡Hasta mañana!...

 

PRESENTE LO TENGO YO

 

Pájaros de cuenta.

 

Esta muchacha ha sido acusada de ladrona en un país donde el robo es castigado con la pena de muerte. Trabaja de criada en la casa de un viejo rabo verde que ha pretendido sus favores. La muchacha, virtuosa, rechazó una vez y otra vez la indecorosa petición. Cierto día el salaz empleador se da cuenta de que han desaparecido de su casa algunas posesiones: un anillo de brillantes, una cucharilla de plata, unos pendientes de oro. Repite su procaz instancia, y añade a ella palabras de amenaza: si la muchacha no se le entrega él la acusará de ladrona ante el tribunal. Ni aun así logra el sujeto que la muchacha rinda su virtud. La acusa entonces, y tras un breve juicio la chica es condenada a muerte. Ya la llevaban al patíbulo cuando de un árbol cae el anillo robado. Había una ladrona, sí, pero no era la muchacha: era una urraca.

He narrado a grandes rasgos -y quizá con grandes variaciones- el argumento de la ópera "La urraca ladrona" (La gazza ladra), de Rossini. En esta deliciosa pieza se recoge la mala fama que la tradición popular ha dado a las urracas, de ladronas. Y lo son, en efecto. Recuerdo todavía que en mi casa, que la de ustedes, teníamos el problema de una pandilla de urracas que se metían de rondón hasta el pequeño cuarto donde dormía el Terry, nuestro amado perro cocker, para robarle las croquetas. No ganábamos para mantenerles el vicio a las rateras. Campeaban por el jardín como dueñas y señoras, y hacía un escándalo de todos los demonios, pues no contentas con quitarle su comida al Terry se robaban el botín unas a otras.

Me he puesto a leer acerca de las urracas. Si no puedes vencer a tu enemigo lee acerca de él. Curiosamente el nombre de la urraca fue primero nombre de mujer: Urraca. Como su grito da la semejanza de ese nombre, de ahí salió el del pájaro. El nombre científico de la urraca suena a picardía: se llama Pica pica. Al menos tal es la designación del género que en Europa se conoce. Nuestra Pica pica es más pequeña, dicho sea sin picardía, y se llama Quiscalus macrourus. En Torreón las urracas son "zanates", del azteca zanatl. En Villahermosa oí que les dicen "pichos"; en Campeche y Yucatán hay un nombre para la urraca, cahuix, y otro para el urracón, zocao. En otras partes la urraca es papate o pájaro prieto.

Tengo un curioso libro de Zoología publicado al comenzar el siglo veinte. Su autor es un profesor M. Rovirosa. El sabio maestro habla muy mal de las urracas y cuenta de ellas cosas peregrinas:

"... Su glotonería las conduce al hecho no raro de caer sobre los pollos de las gallinas que andan en los prados, abrirles el buche y extraerles los granos de maíz con que se habían alimentado... Los niños hacen una tenaz persecución de sus nidos, por los objetos que en ellos hallan, que van desde cintas de colores hasta rosarios, escapularios y reliquias de santos...".

Si las urracas roban reliquias de santos ¿ha de asombrarme entonces que le robaran a mi amadísimo Terry sus croquetas? ¡Cabronas!

 

 

EL ÚLTIMO DE CATÓN

 

Doña Jodoncia, la tremenda esposa de don Martiriano, lo abandonó por otro hombre. Le comenta don Martiriano a un compadre: "-Me dejó mi mujer para irse con mi mejor amigo". "-¡Oye! -protesta con sentimiento el otro-. ¡Siempre creí que tu mejor amigo era yo!". "-Lo eras, en efecto -responde don Martiriano-. Ahora tienes el segundo lugar".

 

MANGANITAS

Por AFA

 

"... Se estudian los nocivos efectos de los diversos tipos de contaminación: por humos, por ruidos, por desechos tóxicos, etcétera...".

 

Sin que esto sea una crítica

manifiesto mi opinión:

la peor contaminación

es la contaminación política.