OPINIÓN

MISCELÁNEA DE HISTORIAS / Catón EN EL NORTE

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MIRADOR

 

Me habría gustado conocer a Anthony Burgess, escritor inglés.

A él le debemos esa siniestra pesadilla que hace 40 años llevó al cine Stanley Kubrick: "La naranja mecánica".

Era niño cuando por azar escuchó en el radio de su casa "un sonido exótico, sinuoso, erótico". Era la flauta del Preludio a la Siesta de un Fauno, de Debussy.

"Ese día descubrí -escribiría después- lo que es la música: la expresión, imposible de manifestar con palabras, de una realidad espiritual".

Me habría gustado conocer a Anthony Burgess. Desde el principio de su vida supo que la música, ese viento que dice las cosas sin decirlas, nos permite sentir el soplo del espíritu, y asir de esa manera lo inasible.

¡Hasta mañana!...

 

PRESENTE LO TENGO YO

 

Tiempos idos.

 

Así vivía Saltillo en 1948:

"Esto es lo que usted hace ahora para afeitarse: preparar el jabón, afilar la hoja, enjabonarse, afeitarse, cortarse, aplicarse loción. Esto es lo que haría con una moderna rasuradora eléctrica Remington Rand: enchufarla... ¡afeitarse!".

Así anunciaba Castilla's en 1948 el entonces novedosísimo producto. Otros no tan novedosos anunciaba la Nacional Distribuidora y Reguladora, equivalente de la actual Conasupo: maíz, 30 centavos kilo; frijol, 38 centavos; azúcar, 75; arroz, 78 y sal a 19 centavos kilo.

"El Precio Fijo", de Aldama 203, proclamaba: "¡Ahora sí puede usted comprar toda la ropa íntima que necesite a precios especiales de Post Guerra!". Y ofrecía fajas de elástico importado a 20 pesos, refajos a 6.98 y bloomers "en charmeusse" a 2.50.

El Cinema "Palacio" (orgullo de Saltillo) exhibía "El Secreto de la Solterona", con Sara García y José Cibrián (en lo más oscuro del alma de una mujer siempre existe un gran secreto de amor) y "La Corte del Faraón", con Mapy Cortés, Consuelo Guerrero de Luna y Valerita. Entrada: Baja, un peso; Alta, 60 centavos. Por su parte el Teatro "Obrero" que después se convirtió en el Cine "Saltillo", presentaba un programa indiscutiblemente para todos los gustos: "Aída", (basada en la gran obra de Verdi, hablada en idioma árabe, con ocho inolvidables canciones populares del Egipto) y "Billy y sus Enemigos", con Buster Crabbe, el Ciclón del Oeste. Como la función era "premier" los precios de entrada eran muy altos: Luneta, 2 pesos; Preferencia General, un peso.

El Circo y Carnaval Beas Modelo anunciaba su debut en Saltillo "con todas sus atracciones, en el lugar de costumbre". Don J. Ascención de la Fuente, concesionario de los refrescos "Sport" y "Cliper" ofrecía "Soda de varios sabores" a 3 pesos caja de 25 botellas, con sólo llamar al teléfono 58.

En otras líneas de actividad, don José García Rodríguez, director del Ateneo Fuente, se dirigía al gobernador, que era el general Benecio López Padilla, para decirle que el señor Odón Linares ofrecía en 2 mil pesos una valiosa colección formada por más de 500 ejemplares de mineralogía que incluía algunos fósiles, colección que se encontraba en Concepción del Oro. Don Jesús R. Flores, presidente municipal, entregaba la cantidad de 12,939 pesos a la Junta de Mejoras Materiales que presidía don José María Villarreal para que se destinaran a la Construcción de la Escuela "Constituyentes". Ya era gobernador electo Nacho Cepeda Dávila, que tendría luego un muy triste final y cuyas prendas personales son todavía recordadas por muchos con cariño.

Así vivía Saltillo en 1948. Los saltillenses de entonces recuerdan a nuestra ciudad, pequeña entonces más que ahora, y más que ahora tranquila, y evocan aquellos años con la suave nostalgia que ponen en el corazón las memorias del ayer.

 

EL ÚLTIMO DE CATÓN

 

Un hombre fue objeto de una intervención quirúrgica. En su cuarto de hospital se reponía de la anestesia. Abre los ojos y le dice a su mujer: "¡Te adoro!". Ella, halagada, le sonrió al médico, que hacía guardia al lado del enfermo. Poco después el paciente abre los ojos otra vez y le dice a su esposa: "¡Te quiero!". La señora vuelve a sonreír. Pasa media hora. De nuevo el señor abre los ojos y le dice a su mujer: "Te estimo". Ella se desconcierta un poco, pero no comenta nada. Transcurre otro cuarto de hora. El hombre abre los ojos y le dice a la señora: "Te tolero". En eso el médico le dice a la mujer: "Creo que es mejor que salga de la habitación, señora. A su esposo se le están pasando los efectos de la anestesia".

 

 

MANGANITAS

Por AFA

 

"... Ahora sí perseguirán a los delincuentes...".

 

Al respecto yo diría

una cosa singular:

si los quieren encontrar

busquen en la policía.