OPINIÓN

Motivos de orgullo

DE POLÍTICA Y COSAS PEORES / Catón EN EL NORTE

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Una sexoservidora le aconsejó a su compañera: "No vayas al cuarto con ese tipo que acaba de entrar. Pide cosas muy feas". "¿Como qué?", preguntó la otra. Respondió la amiga: "Como que le fíes"... Don Añilio, señor de edad madura, cortejaba a Himenia Camafría, madura señorita soltera. El senil caballero había hecho construir en su jardín un pequeño kiosco, y le propuso a su dulcinea, galante: "Querida amiga, vayamos a mi casa. Ahí le enseñaré mi pérgola". "¡Señor mío!", contestó indignada la señorita Himenia. "¡Por ningún motivo le admito esa clase de groserías!"... "En mi época las mujeres nos íbamos a la cama cuando muy tarde a las 9 de la noche", suspiró llena de nostalgia la abuelita. Replicó su joven nieta: "Yo me voy a la cama a las 8". "¿De veras?", se sorprendió la abuela. "Sí", confirmó la muchacha. "Así puedo estar de regreso en mi casa antes de las 10"... Un tipo les contó a sus amigos en el bar: "Mi mujer tiene un reloj en las pompas". Preguntó uno extrañado: "¿Cómo es eso?". Explicó el sujeto: "Anoche le agarré una nalga en la cama y me dijo: '¡No manches! ¡Son las 3 de la mañana!'"... A más de sus famosos sarapes y su sabrosísimo pan de pulque; a más de sus prestigiadas instituciones educativas y sus bien ganados timbres culturales; a más de sus miríficas aguas, capaces de reanimar al más desanimado varón y de ponerlo en aptitud de izar de nuevo el lábaro de su varonía, Saltillo tiene otro motivo de orgullo: es una ciudad segura cuyos habitantes nos sentimos bien cuidados y protegidos en nuestra vida cotidiana. Hace un par de semanas se suscitó un hecho violento en una colonia popular. Elementos policiacos del estado y el municipio repelieron una agresión con armas de fuego por parte de posibles miembros de un grupo criminal, y hubo entonces una balacera. A raíz de ese acontecimiento inusitado el joven alcalde saltillense Manolo Jiménez Salinas se dirigió en estos términos a los vecinas y vecinos que integran los Comités Ciudadanos de Seguridad: "Recordemos", les dijo, "que una ciudad segura no es aquélla en la que nunca pasa nada: es una ciudad en donde la autoridad actúa con decisión y rapidez para salvaguardar la vida de las personas y de sus familias". La eficaz coordinación de las autoridades estatales y municipales y el permanente apoyo de las Fuerzas Armadas nacionales -Ejército y Marina- hacen de Saltillo una ciudad segura. De ese ambiente de paz, orden y seguridad deriva la constante creación de nuevas empresas, fuente de empleo para muchos. Quienes nos visitan compran un sarape saltillero, disfrutan una riquísima empanada de nuez y luego, con frecuencia, ponen su negocio aquí... Susiflor estaba con su novio en la sala de la casa. Habían sonado en el reloj las 12 de la noche, y la mamá de Susiflor le preguntó desde la escalera: "¿Está ahí tu novio?". "Todavía no, mamá", respondió ella, "pero ya se va acercando"... Pitorreal, enfermero, trabajaba en un hospital público. Había sido generosamente dotado por la naturaleza en la parte correspondiente a la entrepierna. Uno de los cirujanos iba a operar a una señora y le preguntó a su enfermera: "Señorita Florence: ¿es cierto que el enfermero Pitorreal está tan bien dotado que cuando una mujer lo ve pierde el sentido?". Respondió la asistente: "Es muy cierto, doctor. Yo todavía no lo hallo". Le pidió el facultativo: "Haga venir a Pitorreal para que lo vea la paciente a la que voy a intervenir. Andamos algo escasos de anestesia"... FIN.