OPINIÓN

Muero como un buen cristiano

LA OTRA HISTORIA DE MÉXICO / Catón EN EL NORTE

0 MIN 30 SEG

Icono para compartir en redesIcono para compartir en redesIcono para compartir en redesIcono para compartir en redesIcono para compartir en redes
Estaba ya presente el sacerdote que confesaría a Miramón y le administraría los últimos sacramentos. Mucho desconsolaba a Conchita, esposa de "el joven Macabeo", el pensamiento de que su esposo no podría recibir la comunión, pues se lo impedían las rigurosas disposiciones canónicas que entonces regían acerca del ayuno previo a la eucaristía. Pero podría confesarse, y para que lo hiciera lo fue a buscar a la celda de Maximiliano, a quien ese momento acompañaba Miramón.