Antes o después tendremos que reconocer que nuestra voluntad viciada en los linchamientos digitales no era justicia. Antes o después tendremos que rehabilitarnos de esta confusión moral (no sé si ética) que nos hizo creer que podemos enseñar empatía a golpes. En la más ciega de las contradicciones, queremos "aleccionar" a quien hizo comentarios crueles siendo crueles multitudinariamente. Eso sí, desde la comodidad del anonimato digital y el sofá de nuestra casa.
Es escritora, autora de los libros Cuentos de maldad (y uno que otro maldito) y El niño que fuimos bajo el sello de Alfaguara; Las noches habitadas (Editorial Planeta) y Damas de caza (Editorial Plaza y Valdés). Ha colaborado en El Cultural de La Razón, The Washington Post, SinEmbargoMx, El Malpensante, Confabulario de El Universal, Revista GQ, Revista SOHO y otros medios. Desarrolla guiones para cine, teleseries y audioseries.