Confieso que a estas alturas de mi cuarentena no he leído ningún libro, no he aprendido ningún otro idioma y no he inventado ningún negocio nuevo, pero sí descubrí una barbacoa de cabrito casera que está buenísima; y pasar ese dato es mi aportación a la humanidad, en un momento en que necesita del buen sabor para sobrellevar el encierro. Recordemos que la hora de comer está pasando a ser la mayor aventura de nuestro día.