Pinocho de Del Toro
Guadalupe Loaeza EN EL NORTE
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Más que hablar de los numerosos premios que ha obtenido la película de Guillermo del Toro, Arieles, Oscares y Globos -apenas mismo recibió el premio BAFTA 2023 (British Academy Film Awards)- me gustaría mencionar la manera de pensar del director tapatío. Después de haber escuchado varias entrevistas del cineasta, todas ellas muy conmovedoras y sabías, llegué a la conclusión de que, con la magia del cine, Del Toro pudo trasmitir su forma de pensar a través a su marioneta. "La película está profundamente en contacto con la pérdida y es un abrazo muy grande que le mando". (La Gaceta de la UNAM). Resulta llamativo que Guillermo (lo llamamos por su nombre porque lo sentimos muy cercano cuando habla) insista en decirnos de una manera metafórica que algo está acabando, pero no sabemos a qué se refiere: ¿al mundo tal como es?, ¿a los valores?, ¿al desastre ecológico? "En un par de décadas, algo se está acabando y se siente claramente". No hay duda que el Pinocho de Del Toro es muy diferente al original del libro de Carlo Collodi, publicado en 1883 y especialmente al del Walt Disney, 1940. El Pinocho que nos ocupa es desobediente, contestario y muy audaz, características muy apreciadas por el director. Para él, la desobediencia es una virtud. Lo importante es decir que "no". En el filme de Del Toro se hace mucho hincapié en la diferencia entre las verdades y las mentiras. "La verdad es ser fiel a las ideas y no a las ideologías, es decir las ideas aún cuando estén equivocadas vienen de tu propia experiencia y la tesitura de tu alma eso es una idea, resolver algo concreto del mundo a través de tu experiencia y tu espíritu. (...) Creo que hay más verdad en la desobediencia". En cuanto a las ideologías de las que habla Del Toro, en la película, dirigida también por Mark Gustafson, sucede durante el mandato de Benito Mussolini, el "Duce" el creador del fascismo italiano cuya base era la obediencia y la mentira, de allí que a Pinocho intenten enviarlo al campamento juvenil como manda la ley para que se convierta en el soldado italiano perfecto a imagen y semejanza a las juventudes hitlerianas.
Descubrió quién es gracias a la escritura y al periodismo. Ha publicado 43 libros. Se considera de izquierda aunque muchos la crean "niña bien". Cuando muera quiere que la vistan con un huipil y le pongan su medalla de la Legión de Honor; que la mitad de sus cenizas quede en el Sena y la otra mitad, en el cementerio de Jamiltepec, Oaxaca, donde descansan sus antepasados. Sus verdaderos afectos son su marido, sus hijos, sus nietos, sus amigos y sus lectores