Nooo, Dios mío, ¡me quiero morir!, ¿por qué me dejaste Enrique Tomás?... Así de novelero como se oye, la cadena de tapas y jamones ibéricos Enrique Tomás cerró su sucursal en Punto Valle y yo la lloré sin consuelo. Ya me había habituado a su fino trato y esos jamonsotes tan bien trabajados. Buaaa, ¡te voy a extrañar!