Yo no, pero mi marido parece que ya llegó a esa edad en la que vive de puros recuerdos, porque ahora se le metió en la cabeza que quería llevarnos a comer al antiquísimo Restaurante Al, que tiene toda la vida y tantito más en la Calzada Madero, si no me equivoco el más antiguo de Monterrey, a la par de las ideas de mi viejo (al que ora sí hace sentido decirle "mi viejo").