COLABORADOR INVITADO / Germán Martínez Cázares EN EL NORTE
Conocí a Ricardo Monreal hace más de veinte años cuando fuimos diputados federales. Entonces en un acto de valentía, se abrió un horizonte de respeto y dignidad, al rebelarse al sistema caduco que gobernaba el país. No pretendo que, ahora, agarre la bronca de Zedillo con el Presidente López Obrador, pero frente a la emergencia del coronavirus, pregunto: ¿fotocopiar partes del plan de emergencia del Ejecutivo en el Legislativo es lisonja o genuflexión al Presidente? No entiendo al lopezobradorismo como un neovasallaje. Estoy seguro que el Presidente NO da línea a sus legisladores, luego entonces, con libertad afirmo: las propuestas de Monreal de reducir sueldos, subvenciones, aguinaldos, viajes internacionales y otros gastos menores son gestos de buenismo mediático, ojalá no acaben en gesticulación frente al dolor de la pandemia.
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