Sofía en la tina
Guadalupe Loaeza EN EL NORTE
Desde que Sofía era niña, nada le daba más ilusión que bañarse en tina. Tenía la impresión que al sumergirse en el agua regresaba al vientre materno y que flotaba a sus anchas en el líquido amniótico. Andando el tiempo, ya casada, una de las condiciones para rentar un departamento o casa era que contara con el dichoso implemento de baño, de lo contrario, prefería no firmar ningún tipo de contrato. Cuando supo que la habitación del hotel no tenía televisión, pero sí un maravilloso baño con tina, pensó: "La verdad que qué suertuda soy, venir a París con mi maridonovioamante y poder bañarme en tina, he allí un prospecto de viaje que cualquier esposanoviaamante envidiaría".
Descubrió quién es gracias a la escritura y al periodismo. Ha publicado 43 libros. Se considera de izquierda aunque muchos la crean "niña bien". Cuando muera quiere que la vistan con un huipil y le pongan su medalla de la Legión de Honor; que la mitad de sus cenizas quede en el Sena y la otra mitad, en el cementerio de Jamiltepec, Oaxaca, donde descansan sus antepasados. Sus verdaderos afectos son su marido, sus hijos, sus nietos, sus amigos y sus lectores