OPINIÓN

Soga al cuello

Denise Dresser EN EL NORTE

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"No me digas lo que valoras; enséñame tu presupuesto y te diré lo que valoras", dijo alguna vez Joe Biden. Un presupuesto evidencia, constata, comprueba dónde y para qué el gobierno quiere gastar. Demuestra aquello que desea impulsar. Y el presupuesto federal aprobado para el 2021 lo dice todo: la prioridad no es enfrentar la pandemia, ni poner primero a los pobres, ni crear las condiciones para que dejen de serlo. No busca reaccionar ante una recesión, sino financiar una manía. No intenta aliviar los peores efectos del Covid-19, sino seguir fingiendo que no existe. En nombre de la austeridad, justifica el aumento de la discrecionalidad. Tijeretazo tras tijeretazo, recorte tras recorte y reasignación tras reasignación, Arturo Herrera -de la mano de la mayoría morenista en el Congreso- han diseñado y aprobado una confirmación matemática de las sospechas. AMLO dispondrá del dinero de todos para financiar las obras que le obsesionan y las elecciones que quiere ganar. La 4T, de la manera más neoliberal, está reduciendo al Estado a su mínima expresión, para gastar a gusto en los proyectos del Presidente.