OPINIÓN

'¡Soy invisible!'

Eduardo Caccia EN EL NORTE

4 MIN 00 SEG

30 marzo 2025

Icono para compartir en redesIcono para compartir en redesIcono para compartir en redesIcono para compartir en redesIcono para compartir en redes
En 1995, McArthur Wheeler haría su ingreso involuntario a la lista de eventos inauditos: asaltó dos bancos a plena luz del día. Fue capturado gracias a las cámaras de vigilancia. ¿Qué es lo extraordinario de la anécdota? Que el ladrón estaba sorprendido de que lo hubieran reconocido. Al ser aprehendido, exclamó: "¡Pero me unté jugo de limón en la cara!". Wheeler creía que el jugo de limón le haría invisible. Alguien se lo había dicho y, para comprobarlo, se embarró el rostro, se tomó una foto instantánea que, por azares del destino, salió velada o difusa. Convencido de su "poder", salió confiado a cometer los atracos sin máscara ni cachucha.