OPINIÓN

Una casa de adobe...

LA OTRA HISTORIA DE MÉXICO / Catón EN EL NORTE

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Los cadáveres de los tres fusilados -Maximiliano, Miramón, Mejía- fueron metidos en toscos ataúdes de madera. Por orden de los verdugos los carpinteros les hicieron a las cajas unos agujeros en la parte inferior a fin de que por ellos chorreara la sangre de los cuerpos y no se acumulara en el mismo ataúd.