He hecho, lo confieso, mi mejor esfuerzo por no leer la prensa al despertar como un ejercicio de salud mental. Dar lectura a los periódicos en las primeras horas de la madrugada equivalía a la ingesta de enormes cantidades de cicuta pura de imposible digestión, cuyos contenidos ponzoñosos me envenenaban el resto de la jornada hasta sepultarme en el pesimismo. De acuerdo con lo anterior, decidí hacer previamente ejercicio físico con el ánimo de producir las endorfinas imprescindibles para diluir la inevitable toxicidad matutina.
Abogado por la UNAM. Dedicado a investigar la verdad oculta de la historia de México, ha escrito 20 novelas históricas y 5 ensayos de diversa naturaleza. Ha impartido conferencias en México y en el extranjero. Es conductor de un programa de televisión y comentarista en distintos medios de radiodifusión. Ha publicado más de 4,000 artículos. Es columnista en el diario Reforma, en El País y en el Chicago Tribune, Hoy, entre otros más.