OPINIÓN

¡Viva Dios! ¡Mueran los impíos!

LA OTRA HISTORIA DE MÉXICO / Catón EN EL NORTE

0 MIN 30 SEG

Icono para compartir en redesIcono para compartir en redesIcono para compartir en redesIcono para compartir en redesIcono para compartir en redes
El enfrentamiento entre la Iglesia y el Estado a raíz de la promulgación de la Constitución del 57 empezó a cobrar el cariz de una guerra santa. Los jerarcas de la Iglesia reaccionaron contra la nueva ley como si estuviera dirigida especialmente a destruir la religión. El pueblo, acendradamente religioso, escuchó la voz de sus pastores, que le decían que el hecho de que se limitaran los privilegios de la Iglesia equivalía a levantarse contra Dios, y se dispuso a combatir. Los liberales, no menos beligerantes, entendieron que no podían tolerar aquella rebeldía y empezaron también a tomar sus posiciones. La suerte estaba echada. Ninguno de los dos bandos podía ya retroceder. Se había llegado al punto en que no hay retorno. El resultado fue una de las más cruentas luchas en la historia de México, la que se conoce con el nombre de "Guerra de Tres Años".