Todo mundo lo decía: el triunfo de Juárez en la elección presidencial había sido fraudulento. Gastó grandes sumas del gobierno en comprar votos y luego en ganarse diputados, y ejerció toda suerte de presiones sobre los gobernadores que no le eran adictos para lograr su apoyo. El general Porfirio Díaz, vencido en aquella elección de 1871, supo que no le quedaba más camino que el de las armas para derrocar a un gobierno que, a su entender, atentaba contra la Constitución y violaba todos los ideales por los que el partido liberal había luchado.
Armando Fuentes Aguirre, "Catón". Nació y vive en Saltillo, Coahuila. Licenciado en Derecho; licenciado en Letras Españolas. Maestro universitario; humorista y humanista. Sus artículos periodísticos se leen en más de un centenar de publicaciones en el País y en el extranjero. Dicta conferencias sobre temas de política, historia y filosofía. Desde 1978 es cronista de la Ciudad de Saltillo. Su mayor orgullo es ser padre de cuatro hijos y abuelo de 13 nietos.
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