Perdón. Podrán ser responsables en muchos aspectos cuando un proyecto se mueve más que un puente colgante, podrán equivocarse cuando se aferran a un mecanismo de juego que simplemente no funciona o en la elección de ciertos jugadores, pero no pueden ser absolutamente responsables de que un futbolista profesional olvide los principios básicos que lo llevaron a una Primera División.