En los regímenes monárquicos el problema de la sucesión era de importancia capital. Después de ocho años de casados Maximiliano y Carlota no habían tenido hijos. Ni esperanza de que los tuvieran, decían las hablillas de la corte, pues se murmuraba que los emperadores estaban tan distanciados sentimentalmente que dormían en habitaciones separadas y no hacían ya vida conyugal. ¿Cómo atendió Maximiliano este problema no tanto familiar como oficial?
Armando Fuentes Aguirre, "Catón". Nació y vive en Saltillo, Coahuila. Licenciado en Derecho; licenciado en Letras Españolas. Maestro universitario; humorista y humanista. Sus artículos periodísticos se leen en más de un centenar de publicaciones en el País y en el extranjero. Dicta conferencias sobre temas de política, historia y filosofía. Desde 1978 es cronista de la Ciudad de Saltillo. Su mayor orgullo es ser padre de cuatro hijos y abuelo de 13 nietos.